sábado, 16 de marzo de 2019

El Directorio para la Adoración (Culto) Familiar


Desde la misma creación, Dios constituyo una familia, esta estaba compuesta por un hombre, Adán y una mujer Eva. (Génesis 2:18-25 nos relata este suceso) También desde el mismo principio Satanás se ha opuesto a los propósitos divinos, intentando desunir aquella primer pareja y desde el día que nuestros primeros padres pecaron, arruinaron su relación, tanto con Dios como entre sí mismos; desde aquel día se mantiene una lucha constante por mantener la unidad familiar en el vínculo de la paz.

Hoy en día, por causa del pecado y la dolorosa consecuencia causadas por el mismo, nos encontramos con pocas familias bien constituidas, fortalecidas y constantes en la búsqueda de un crecimiento en la piedad, tanto personal como familiar, aun dentro de las iglesias muchas parejas sufren abusos de todo tipo, tanto verbales, físicos, sexuales y psicológicos. Las consecuencias son vivibles y los resultados, se están manifestando de una forma mucho más dolorosa en toda la sociedad, que cada 6 día se corrompe mas, aprobando aquello que Dios desaprueba. Por estas razones y en el carácter de nuestra responsabilidad la cual nos fue delegada, nuestra voz no puede ser callada, y sus oídos tienen que escuchar. Dios prospere este escrito y llegue a manos diligentes y responsables.

Si la sociedad no escucha, tu debes escuchar; si los demás no actúan, tú debes actuar; pues cada uno de nosotros dará cuenta a Dios. Si verdaderamente hemos creído en Cristo, nuestra fe actuará en la voluntad de Dios, la cual es nuestra santificación. La familia tiene un alto grado de estima en los propósitos eternos de Dios; si amamos a Dios con todas nuestras fuerzas, también amaremos a nuestro prójimo; entre ellos están los miembros de la familia, los cuales son nuestro prójimo más cercano. La raíz de los problemas familiares es producto de nuestros egoísmos, pero damos gloria a Dios por su gran liberación. Si hemos sido amados por Él y traídos a Él, si siendo pecadores detestables y mereciendo la muerte se nos dio vida, debemos, nosotros, amarnos los unos a los otros. El marido ame a su mujer y la mujer a su marido, ambos se pertenecen el uno al otro; los hijos obedezcan a sus padres y que los padres los amonesten en la disciplina de la piedad, conforme a la voluntad de Dios. Toda la familia debe ocuparse personalmente y diligentemente en buscar el rostro del señor y luego, grupalmente, porque esto dará frutos abundantes, sabiendo que el Señor es re compensador de los que le buscan (hebreos 11:6) si así lo hacemos, tendremos familias sólidas ante los problemas circunstanciales de la vida, pues pondremos nuestra confianza en Dios y el será nuestro escudo. Jamás seremos avergonzados si así lo hacemos encargados del cuidado de los pobres y las viudas, debemos encargarnos de instruir en esta regla y de estimular a las preguntas para disipar toda duda, tenemos que indagar con frecuencia y personalmente, que se observe tan gran beneficio del ejercicio de esta piedad, porque su fruto será grande. Si queremos ver una verdadera reforma y familias cristianas saludables y fortalecidas en Dios, pongamos en práctica esta regla.

“Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado.” Filipenses 2:15-16
El Directorio para la Adoración (Culto) Familiar Tocante a la adoración individual y privada y la edificación mutua; para alimentar la piedad, para mantener la unidad y para evitar las disensiones y divisiones.
La ASAMBLEA EN EDIMBURGO, el 24 de agosto de 1647.
La asamblea general, después de madura deliberación, aprueba las Reglas y las Direcciones siguientes para abrigar la piedad, y para prevenir la división y el cisma y designa a ministros y ancianos gobernantes en cada congregación a tomar el cuidado especial que estas Direcciones sean observadas y sean seguidas; como igualmente, que presbiterios y sínodos provinciales inquieren y hagan la prueba si los dichos Direcciones son observadas debidamente en su salta; y para reprobar o censurar (según la calidad de la ofensa), tal como será encontrado de ser reprochable o censurable en eso. Y, al fin que estas direcciones no se puedan rendir ineficaz y poco rentable entre algunos, por el descuido usual de la mera sustancia del deber de la adoración familiar, la Asamblea requiere aún más y designa a ministros y ancianos gobernantes hacer la búsqueda y las preguntas diligentes, en las congregaciones cometidas a su carga respectivamente, si hay entre ellos alguna familia o familias que usualmente descuidan este deber necesario; y si tal familia cualquiera sea encontrada, la cabeza de la familia será amonestado privadamente primero para enmendar su defecto; y, en caso que continua en eso, él será gravemente y tristemente reprobada por la consistorio; después de la reprobación, si él es encontrado de todavía descuidar la adoración familiar, permítale ser, por su obstinación en tal ofensa, suspendido y excluido de la cena del Señor, que sea estimado indigno para comunicar en ello, hasta que él se arrepiente.


culto familiar
Además de la adoración pública en las congregaciones (que se ha establecido misericordiosamente en este país en gran pureza) es conveniente y necesario que se exija y que se establezca la adoración privada de cada persona individualmente y la adoración privada como familia; para que - con una reforma nacional - la profesión y poder (eficacia) de la piedad se extienda tanto individual como en familia.
Y primero, para la adoración privada (individual) es muy necesario que cada uno por sí solo se entregue a la oración y meditación. Su beneficio maravilloso lo conocen mejor aquellos que más se ejercitan en ello; siendo éste el medio por el que (en una manera especial) se nutre la comunión con Dios, y por lo que se obtiene la preparación adecuada para otros deberes; por consiguiente conviene no solo a pastores (en insistir a toda persona de toda clase dentro de sus varios cargos, que cumplan con este deber por la mañana y tarde, y en otras ocasiones) pero también es una obligación para las cabezas de cada hogar en encargarse - tanto ellos mismos, como aquellos que están bajo su cuidado - que se ocupen con diligencia a diario en ello.
Los deberes comunes incluidos bajo el ejercicio de la piedad los cuales deben estar presentes en familias cuando se reúnan con ese propósito son estos:
1.      La oración y las alabanzas hechas con una referencia especial, tanto a la condición pública de la iglesia de Dios y de este reino, como a la situación presente de la familia, y de cada miembro de ella.
2.      Después, la lectura de las Escrituras, con un repaso del Catecismo en una manera sencilla, para que el entendimiento de los inexpertos se facilite mejor para sacar provecho de las ordenanzas públicas, y para que sean mejor capacitados para entender las Escrituras cuando son leídas; junto con conferencias (pláticas) piadosas que lleven a la edificación de todos los miembros en su más santísima fe: así como también, exhortaciones y amonestaciones, por razones justas, de parte de aquellos que ejercen autoridad en la familia.
3.      Así como el cargo y oficio de interpretar las Sagradas Escrituras es parte del llamado ministerial, el cual ninguno (por mucho que esté capacitado) debe tomar para sí en cualquier lugar, sino aquel que ha sido debidamente llamado a ello por Dios y por su iglesia local; así también en cada familia (donde haya alguien que pueda leer) las Sagradas Escrituras deben leerse por lo común a la familia; es recomendable, que después platiquen de lo que se leyó, y que por medio de la plática hagan buen uso de lo que se ha leído y oído.
Como por ejemplo, si algún pecado se condena en la lectura leída, la aplicación puede dirigirse a que toda la familia tenga cuidado y que se guarde de caer en ese pecado.  
O si algún juicio se advierte o se hace mención en esa porción de la Escritura leída que haya sido ejecutado, la aplicación puede dirigirse en hacer que toda la familia tema, a no ser que el mismo juicio o un peor juicio caiga sobre ellos, si es que no se cuidan del pecado que acarreó consigo mismo tal juicio.

4.      Y finalmente cualquier deber ú obligación que se requiera, o que se extienda algún consuelo a través de una promesa, la aplicación puede enfocarse así a animarlos a que acudan a Cristo para obtener fuerzas poder llevar a cabo dicho deber ú obligación que se está mandando, así como en aplicarse el consuelo que se les extiende.
En todo lo cual el padre de familia debe tener la responsabilidad principal; y también cualquier miembro de la familia puede hacer preguntas o presentar dudas que necesitan ser resueltas.

La cabeza del hogar tiene que tomar cuidado que nadie de la familia se aleje de ninguna parte de la Adoración familiar. Y en vista de que el cumplimiento acostumbrado de todas las partes de la adoración (culto) familiar pertenece apropiadamente a la cabeza del hogar, el ministro debe estimular a los que son perezosos y capacitar a los inmaduros, para que puedan llevar a cabo estos ejercicios.

Siempre se ha considerado una libertad el que personas de carácter reciban individuos aprobados por el presbiterio para llevar a cabo este ejercicio de la adoración familiar. Y en otras familias - en donde la cabeza del hogar es inexperta o con algún tipo de incapacidad - que otro que vive bajo el mismo techo con la familia, aprobado por el ministro y el consistorio (junta directiva) se le otorgue la tarea de este servicio.
En todo esto tanto el ministro como la junta directiva son responsables al presbiterio. Y si un ministro - por la providencia de Dios - es traído a cualquier familia, se espera que en ningún tiempo llame a cualquier miembro de la familia para la adoración mientras que excluya a los demás, salvo en casos únicos especialmente tocante a personas involucradas [en un conflicto], que (en prudencia cristiana) otros no necesitan ni deberían saber del asunto.
Que a ningún vago ú ocioso sin profesión alguna, o una persona vagabunda bajo pretexto de haber sido llamada [al ministerio], se le permita llevar a cabo la adoración (culto) familiar, para dichas familias; ya que hay individuos contaminados con errores o que procuran hacer divisiones, y que están listos (de esa manera) para meterse en casas y llevar cautivas a personas ingenuas e inestables.
En la adoración (culto) familiar, debe haber un cuidado especial en que cada familia se mantenga dentro de su propios límites; sin andar demandando, invitando o admitiendo personas de otras familias [a que se reúnan con ellos], a menos que sean aquellos que se están hospedando, comiendo juntos o que están con ellos por alguna ocasión legítima.
Sin importar cuales hayan sido los resultados y provecho que se logró por reuniones de diversas familias en tiempos de corrupción o dificultades (en cuyos casos muchas cosas son meritorias y excelentes, pero que en otros casos no lo son) sin embargo - cuando Dios nos ha bendecido con paz y con un evangelio purificado - tales reuniones de diversas familias (salvo en casos mencionados en estas direcciones orientativas) deben desautorizarse, por motivo que pueden impedir los ejercicios de la Adoración (culto) de cada familia en sus hogares, que pueden perjudicar el ministerio publico, que pueden dividir familias en una congregación local, y con el tiempo la iglesia entera. Además muchos tropiezos pueden venir por esto, resultando en el endurecimiento de los corazones de hombres carnales (impíos) y trayendo tristeza a los piadosos (creyentes).
En el día del Señor - después que cada miembro de la familia por sí solo y como familia entera han buscado al Señor (en cuyos manos la preparación de los corazones del hombre está) para prepararlos para la adoración pública, y para que las ordenanzas públicas les sean de bendición –
el padre de familia debe asegurarse que todos bajo su cuidado vayan a la adoración pública, a fin de que él y ellos puedan unirse con el resto de la congregación.
Al terminar la adoración pública, después de la oración, él debe hacer preguntas acerca de lo que han oído; y después según el tiempo libre que dispongan que se ocupen en recitar el catecismo y en pláticas de edificación espiritual sobre la Palabra de Dios.
Por otro lado (recogiéndose a un lado aparte) deberían ocuparse en la lectura, en la meditación y en la oración privada, con el fin de que puedan fortalecer y aumentar su comunión con Dios: y para que el beneficio que encontraron en las ordenanzas públicas sea alimentado y avivado, y para que ellos mismos sean aún más edificados para vida eterna.
Todos aquellos que puedan expresarse en (o tener facilidad en el ejercicio de) la oración, deberían hacer uso de ese don de Dios. Sin embargo aquellos que aún son inmaduros y más inestables pueden comenzar con una forma prescrita de oración, pero no al punto en que se vuelvan perezosos en avivar en ellos mismo (de acuerdo a sus necesidades diarias) un espíritu de oración, que es dado a todos los hijos de Dios en cierta medida. Para este fin, ellos deberían ser más fervientes y frecuentar más seguido la oración privada a Dios para que El capacite tanto sus corazones en formular como sus lenguas en expresar deseos convenientes a Dios a favor de sus familias. Y entre tanto, para su mayor ánimo, medítese y hágase uso de los siguientes puntos de oración en la forma que sigue.
«Que confiesen a Dios cuán indignos son para venir ante su presencia, y cuán inútiles son para alabar su majestad y grandeza; por consiguiente que rueguen fervientemente a Dios que les conceda un espíritu de oración.»
«Asimismo deben confesar sus pecados y los pecados de la familia; acusándose, juzgándose y condenándose a sí mismos por tales pecados, hasta que puedan traer sus almas a cierta medida de verdadera humillación.»
«Que derramen sus almas ante Dios, en el nombre de Cristo, por su Espíritu, para obtener el perdón de sus pecados; para alcanzar gracia para arrepentimiento, para creer y para vivir sobria, justa y piadosamente; y que así puedan servir a Dios con gozo y alegría, caminando delante de El.»
«Que den gracias a Dios por sus muchísimas misericordias para con su pueblo, y para con ellos mismos. Y en especial que le den gracias por su amor en Cristo y por la luz del Evangelio.»
«Que pidan y rueguen por tales beneficios particulares de índole espiritual y terrenal, según ellos tengan necesidad en tal ocasión (ya sea en la mañana o en la tarde) como de salud o de enfermedad, de prosperidad o de adversidad.»
«Que oren por la iglesia de Cristo en general y por todas las iglesias reformadas y por ésta iglesia en particular, y por todos los que padecen por el nombre de Cristo; por todos los que están sobre nosotros, por la majestad del rey, por la reina y por sus hijos; por los magistrados, por los ministros y por el cuerpo entero de la congregación de la cual ellos son miembros, igualmente tanto por sus vecinos que están ausentes en sus negocios necesarios, como por aquellos que están en casa.»
«La oración puede concluirse con un ferviente deseo en que Dios pueda ser glorificado en la venida del reino de su Hijo, y en el hacer su voluntad, y con una certeza de que ellos mismos han sido hechos aceptos, y que lo que ellos han pedido según su voluntad les será concedido.»
Estos ejercicios deben hacerse con gran sinceridad y sin demora alguna, dejando a un lado toda actividad terrenal o estorbo - no tomando en cuenta las burlas de ateos y hombres irreverentes y profanos - en relación a las grandes misericordias de Dios en esta nación, y de sus reprensiones severas con las cuales nos ha visitado últimamente. Y para este fin, personas de eminencia (todos los ancianos de esta iglesia) deberían animarse a ellos y a su familias no tan solo en ser diligentes en esto, pero también en colaborar de manera eficaz para que todas las demás familias que están bajo sus cargos y responsabilidades cumplan con estos deberes puntualmente.
Además de los deberes y obligaciones diarias en familia (que ya se han mencionado anteriormente) deberes que no son comunes o que son infrecuentes, tanto de humillación como acciones de gracias, deben hacerse cuidadosamente por familias, cuando el Señor (en ocasiones extraordinarias, ya sea en público como en privado) se los demande.
Viendo que la palabra de Dios requiere que debemos considerarnos los unos a los otros, para estimularnos al amor y a las buenas obras; así pues, en todo tiempo, y primordialmente en este tiempo (cuando la insolencia abunda y cuando a burladores que siguen sus propias concupiscencias les parece cosa extraña que otros no corran con ellos en el mismo desenfreno de libertinaje) cada miembro de esta iglesia debería estimularse a sí mismo y a los demás, a llevar a cabo aquellas obras de edificación mutua, por medio de la enseñanza, por medio de la amonestación y represión; exhortándose a cada uno a manifestar [confirmar] la gracia de Dios negando la impiedad y deseos mundanos y viviendo en una manera piadosa, sobria y justa en este presente siglo; como también sosteniendo a los débiles y orando con otros ú orando unos por otros. Estos deberes deben hacerse en ocasiones extraordinarias traídas por la providencia divina; a saber, cuando uno (encontrándose bajo cualquier desastre, calamidad, aflicción o bajo grandes dificultades) busca dirección o consuelo; o cuando se procura restaurar por amonestación privada a cualquier persona que ha caído en pecado, y si eso no dio resultado que se traiga otro o dos más para la amonestación, de acuerdo a la regla de Cristo, que en la boca de dos o tres testigos conste (se decida) toda palabra.
Y es conveniente (pues no se concede a cualquier persona dar palabras oportunas a conciencias fatigadas o angustiadas), que una persona (en tal caso) que no pueda obtener alivio alguno, después que ha utilizado todos los medios comunes de tipo privado y público, que se dirija a su propio pastor, o algún cristiano con experiencia. Pero si da la casualidad de que la persona que se halla agitada en su conciencia es de tal condición o sexo, que (por motivos de discreción, modestia o temor de que traiga tropiezos) requiere un amigo o amiga íntima, seria y temerosa de Dios que esté presente con ellos en su plática, es conveniente que tal amigo o amiga esté presente.
Cuando personas de diversas familias se hallan unidas por la providencia de Dios (estando fuera de casa en sus tareas propias, o cualquier otra ocasión necesaria) y como les gustaría que el Señor su Dios estuviese con ellos a dondequiera que fuesen, deberían caminar con Dios sin descuidar los deberes de la oración y acción de gracias. Pero es necesario que tomen cuidado que estos ejercicios sean hechos por tales que el grupo juzgué más adecuados. Y que ellos igualmente tomen cuidado que ninguna conversación deshonesta salga de sus labios, sino aquella que sea provechosa y edificativa para que pueda impartir gracia a los oyentes.
El alcance, significado y propósito de todas estas direcciones no es ningún otro sino solo este: Que por una parte el poder (eficacia) y la práctica de la piedad (entre todos los ministros y miembros de esta iglesia, según sus diversos lugares y posiciones) puedan ser alimentados y extendidos, y que toda impiedad infidelidad y burlas de los ejercicios de religión sean suprimidos. Por otra parte, que (bajo el nombre y pretexto de tener actividades religiosas) ninguna reunión o actividad religiosa se permita que tienda a engendrar errores, tropiezos, divisiones, o a desacreditar o menospreciar las ordenanzas públicas y ministros, o a descuidar las obligaciones que a cada uno le corresponde, ú otros males semejantes que son obras (no del Espíritu) sino de la carne, y que son contrarias a la verdad y a la paz.
A. KER
Traducido por Edgar A Ibarra Jr y Joel Chairez


domingo, 3 de marzo de 2019

sábado, 8 de abril de 2017

Catecismo Infantil de Westminster

CATECISMO INFANTIL DE WESTMINSTER PREFACIO Al leer Deuteronomio 6:4-5; recordaba la responsabilidad que tenemos los padres cristianos de instruir bíblicamente a nuestros hijos. Pero muchas veces no sabemos como hacerlo, o mas grave aún, desistimos antes de tomar nuestro deber. Tenemos una enseñanza, un ejemplo y unas ideas deficientes frente a la instrucción bíblica y hemos olvidado que nuestros hijos necesitan dirección, apoyo tanto físico como emocional. En otras palabras, nuestros hijos aún nos necesitan. Es por esto que hoy queremos presentar a ustedes papás o instructores este catecismo infantil mejorado, instrumento que puede ser de gran utilidad para llevar a cabo esta ineludible responsabilidad de padres, recordando que el objetivo es proveer a nuestros hijos el conocimiento de las Escrituras que les hacen sabios para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Quiera Dios y le plugue en bendecir este catecismo infantil para la salvación de los muchos y edificación de otros, y, así cumplir “El fin principal del hombre: Glorificar a Dios y gozar de Él para siempre” Carlos Mario Marín O Pastor de la Iglesia San Pablo de la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa en Colombia Medellín CATESISMO INFANTIL DE WESTMINSTER 1. ¿Quién te creó? R. Dios. Génesis. 1:26-27; 2:7; Job33:4; Hechos. 17:24-25; Colosenses. 1:15. 2. ¿Qué más ha creado Dios? R. Dios ha creado todo lo que existe. Génesis. 1:1; 1:31; 2:4-5; Colosenses. 1:16; Hebreos. 11:3; Éxodo. 20:11; 3. ¿Para que te creó Dios a ti y a todos los demás? R. Para su gloria. Romanos. 11:36; I Corintios.10:31; Salmo. 73:25-28 4. ¿Cómo puedes glorificar a Dios? R. Amándole y haciendo todo lo que él me manda. Miqueas. 6:8; Mateo. 7:21; Hebreos. 7:25; 12:14 5. ¿Por qué debes glorificar a Dios? R. Porque él me creó, me conserva y salva. Romanos. 11:36; I Corintios. 1:8-9; Filipenses. 1:6 6. ¿Hay más de un Dios? R. No, Solo hay uno y verdadero. Deuteronomio.6:4; Jeremías. 10:10; Marcos. 12:29 7. ¿En cuantas personas existe este único Dios? R. En tres personas iguales. Mateo. 28:19; Juan 10:30; Hechos. 5:3-4; II Corintios. 13:14; 8. ¿Cuáles son? R. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Mateo. 3:16-17; 28:19; Romanos. 8:9; I Corintios. 12:3-6 9. ¿Qué es Dios? R. Dios es espíritu, y no tiene como los hombres, un cuerpo sensible. Salmo. 90:2; Juan 4:24; Santiago. 1:7; Apocalipsis. 15:4 10. ¿En dónde está Dios? R. Dios está en todas partes. Job. 26:6; Salmo. 139: 7-12; Amos 9:2-4; 11. ¿Puedes ver a Dios? R. Yo no puedo verlo, pero él me mira continuamente. Deuteronomio.11:12; Salmo. 34:15; 139: 13-18; Proverbios. 15:3. 12. ¿Sabe Dios todas las cosas? R. Si, ninguna cosa puede ocultarse a la vista de Dios. I Samuel. 2:3; Isaías. 40:28; Mateo. 6:8; 12:25 13. ¿Puede Dios hacer todo? R. Sí, Dios puede hacer todo conforme a su santa voluntad. Daniel. 4:35; Romanos. 11:36; Efesios. 1:11-12 14. ¿En dónde aprendes a obedecer y amar a Dios? R. Solamente en la Biblia. II Timoteo.1:13; 3:15-16; I Juan 1:3-4; 15. ¿Quién escribió la Biblia? R. Unos Santos varones que fueron inspirados por el Espíritu Santo. Juan 10:35; II Timoteo. 3:16; II Pedro. 1:21; 16. ¿Quiénes fueron nuestros primeros padres? R. Adán y Eva. Génesis. 1: 27; 2: 23; I Timoteo. 2: 13 17. ¿De qué fueron formados nuestros primeros padres? R. Dios formó el cuerpo de Adán del polvo de la tierra y a Eva del cuerpo de Adán. Génesis. 2:7, 21-22 18. ¿Qué dio Dios a Adán y a Eva además de cuerpos? R. Les dio almas inmortales. Génesis. 2: 7; I Corintios. 15:45; 19. ¿Tienes tú un alma así como un cuerpo? R. Sí; tengo un alma que jamás puede morir. Mateo.10: 28; 25: 41-46; Hechos. 20:10; 20. ¿Cómo sabes que tienes alma? R. Porque puedo pensar en Dios y en el mundo venidero. Eclesiastés.12: 7; Salmo. 103:1-5; Mateo. 22:37; I Pedro.1:9; 21. ¿En que estado creó Dios a Adán y Eva? R. Los creó santos y felices. Génesis.1:31, 2: 7-8, 9, 25; Eclesiastés. 7:29 22. ¿Qué cosa es un pacto o alianza? R. Es un concierto hecho entre dos o más personas. Juan 15: 5; Lucas 17:10; Hechos. 17: 24, 25; 23. ¿Qué alianza hizo Dios con Adán? R. La alianza de obras. Génesis. 2: 17; Gálatas. 3:10, 12; Romanos. 10: 5; 5: 12-20; 24. ¿Qué obligación asumió Adán en la alianza de obras? R. La obediencia perfecta a Dios. Génesis. 2: 16-17; Romanos. 10: 5; Gálatas 3: 12 25. ¿Qué cosa prometió Dios en la alianza de obras? R. Prometió premiar con la vida a Adán si continuaba en la obediencia. Génesis. 2 15-17; Deuteronomio. 28 26. ¿Qué amenaza hizo Dios en la alianza de obras? R. El castigo de muerte para Adán si faltaba a la obediencia. Génesis 2:17; 3:19 27. ¿Guardó Adán la alianza de obras? R. No, porque pecó contra Dios. Génesis 3:17; Romanos 5:14 28. ¿Qué es el pecado? R. El pecado es la falta de conformidad con la ley de Dios, o la trasgresión de ella. I Juan 3: 4 29. ¿Qué quiere decir falta de conformidad? R. El no vivir o el no obrar en conformidad con la voluntad de Dios. Eclesiastés. 7: 29; I Juan 3: 4 30. ¿Qué significa “trasgresión”? R. El hacer lo que Dios ha prohibido. Génesis. 6:5; Juan 3: 19 I Juan 3: 4 31. ¿Cuál fue el pecado de nuestros primeros padres? R. El comer del fruto prohibido. Génesis. 3:6, 9-13 32. ¿Quién les indujo a este pecado? R. El diablo tentó a Eva, y ella le dio del fruto a Adán. Génesis. 3: 1-5, 9-13 33. ¿Qué sucedió a nuestros primeros padres después de haber pecado? R. En vez de ser santos y felices, vinieron a ser culpables y miserables. Génesis 3: 16-24; II Corintios. 11:3 34. ¿Hizo Adán para sí solo la alianza de las obras? R. No, representó a toda su posteridad. Romanos. 5: 12,18-19; I Corintios. 15: 21-22 35. ¿Qué efecto produjo para todo el género humano el pecado de Adán? R. Por él todo el género humano nace en un estado de pecado y de miseria. Salmo. 51:5; Romanos. 3: 10; 5:12; Santiago. 1: 14-15 36. ¿Cómo se llama aquella naturaleza pecaminosa que de Adán heredamos? R. Pecado original Salmo. 51: 5; Romanos. 3: 10, 23 37. ¿Qué merece todo pecado? R. La ira y maldición de Dios. Mateo. 25:41,46; Romanos. 6:23; Hebreos. 9:27; 38. ¿Puede alguno con esta naturaleza pecaminosa entrar al cielo? R. No, pues hay necesidad de una mudanza de corazones para prepararnos a entrar al cielo. Ezequiel. 36:26; Romanos. 3:20-22; II Corintios. 5:17; Efesios. 2:1-3; Gálatas. 3:21-22 39. ¿Cómo se llama esta mudanza de corazón? R. Regeneración Ezequiel. 36:26; Juan 3:8, 6:44,65; II Corintios. 5:17 40. ¿Quién puede cambiar el corazón del pecador? R. Solo el Espíritu Santo a través de las Escrituras. I Corintios.12:3; I Juan 4:2; 41. ¿Puede alguien ser salvo por medio de la alianza de obras? R. Nadie puede salvarse por la alianza de obras. Romanos. 3:28; Gálatas.3:10-11; Efesios. 2:8-9 42. ¿Por qué nadie puede ser salvo por medio de la alianza de obras? R. Porque todos la han quebrantado y están condenados por ella. Romanos. 3:20; Gálatas. 3:10-12, 21-22; 43. ¿Con quién Hizo Dios padre la alianza de gracia? R. Con Cristo su hijo eterno. Juan 3:16; 6:44; Romanos. 8:3; 10:9; 44. ¿A quiénes presentó Cristo la alianza de gracia? R. A su pueblo elegido. Juan 1:12-13; 6:37, 39, 44; Romanos. 8:29-30; I Corintios. 1:9; II Tesalonicenses. 2:13-14 45. ¿Qué obligaciones asumió Cristo en la alianza de gracia? R. La de guardar, por su pueblo, toda la ley, y la de sufrir el mismo el castigo que ellos . merecían por razón del pecado. Isaías. 53:2-3; Lucas. 22:44; I Corintios. 15: 3-4; Gálatas. 3:13-14; Filipenses. 2:8; Hebreos. 2:14 46. ¿Cometió nuestro Señor Jesucristo algún pecado? R. No, él fue santo, inocente y libre de mancha. Mateo. 1:18; Lucas.1:35; Juan 8:46; II Corintios. 5:21; I Pedro. 2:22; Colosenses. 2:9; 47. ¿Cómo pudo sufrir el hijo de Dios? R. Cristo el Hijo de Dios, se hizo hombre, para que participando de nuestra naturaleza . pudiera obedecer y sufrir. Lucas. 2:7; Gálatas. 4:4; Hebreos. 12:2-3 48. ¿Qué es la expiación? R. La satisfacción que en lugar de los pecadores hizo Cristo, de la justicia divina por . . medio de sus padecimientos y de su muerte. Isaías. 53:6; 53:5; Romanos. 3:25 Gálatas 3:13; I Pedro. 2:24. 49. ¿Qué prometió Dios Padre en la alianza de gracia? R. La justificación y la santificación de aquellos por cuya causa Cristo habría de morir. Romanos 4:6-8; 8:29-30; II Tesalonicenses. 2:13-14; I Corintios. 6:11; 1: 26-30 50. ¿Qué es “justificación”? R. Es la obra por medio de la cual Dios perdona a los pecadores y los trata después como si . no hubieran pecado. Romanos 3: 24-25; 4:6-8; 8:30; 5: 17-19; II Corintios. 5:19,21; Gálatas. 2:16; Filipenses. 3:9 51. ¿Qué es “santificación”? R. Es una obra de Dios por la cual hace santos en conducta y en corazón a aquellos que . antes eran pecadores. Efesios. 4:23-24; II Tesalonicenses. 2:13; Romanos 8:1; Filipenses. 2:12-13 52. ¿Para quiénes obedeció y padeció Cristo? R. Para aquellos que el Padre le había dado. Romanos 8:29; Tito 3:5-6; Juan 6:37, 39, 44; Filipenses. 1:29; 53. ¿Qué vida llevó Cristo en este mundo? R. Una vida de pobreza y de padecimientos. Lucas. 2:7; 22:44, 24:46; Isaías. 53:23; Mateo. 26:38; 27:46; 54. ¿De que manera murió Cristo? R. De la penosa e ignominiosa muerte en la cruz Hebreos. 12:2-3; Filipenses. 2:8; 55. ¿Quiénes han de ser salvados? R. Los que tienen fe en Jesucristo, se han arrepentido y viven en obediencia a su voluntad revelada Eclesiastés 12:13-14; Miqueas. 6:8; Hechos. 20:21 56. ¿Qué es “arrepentirse”? R. Sentir el pecado, aborrecerlo y abandonarlo por ser detestable a la vista de Dios. Proverbios.28:13; Isaías. 55:7; Romanos 9:9-10; II Corintios. 5:17 57. ¿Qué es “Creer y tener fe en Jesucristo”? R. Confiar en Cristo para la salvación. Romanos. 5:1-2,5; Juan 1:12; 3:16; Efesios. 2:8-9; Filipenses. 3:9; Gálatas. 2:16 58. ¿Puedes arrepentirte y creer en Cristo por tus propios esfuerzos? R. No, no puedo hacer ninguna cosa buena sin la ayuda del Espíritu Santo. I Corintios.1:9; II Tesalonicenses. 2:13-14; Efesios. 2:8; Juan 6:44; Filipenses. 2:13 59. ¿Cómo puedes tener la ayuda del Espíritu Santo? R. Dios nos ha enseñado que a Él hemos de pedir que nos envíe el Espíritu Santo. Lucas. 11:13; Hechos. 8:15; 60. ¿Cuánto tiempo hace que Cristo murió? R. Hace más de mil novecientos años. Lucas. 23:13; año 32 DC 61. ¿Cómo alcanzaron la salvación los justos que vivieron antes de la venida de Cristo? R. Por la fe en un Salvador que había de venir. Hechos.3:22-24; Hebreos. 11: SS 62. ¿De qué manera mostraron esa fe? R. Ofreciendo sacrificios en el altar de Dios. Hebreos. 11:4, 7, 17, 28 63. ¿A quién simbolizaron esos sacrificios? R. A Cristo el cordero de Dios, quien había de venir a morir por los pecadores. Hebreos. 10: 1,12, 14 64. ¿Cuántos oficios tiene Cristo? R. Cristo tiene tres oficios, tanto en su estado de humillación como de exaltación. Isaías. 9: 6-7 65. ¿Cuáles son? R. Los oficios de Profeta, de Sacerdote y de Rey. Hechos. 3: 21-22; Hebreos. 5: 5-7; Salmo. 2: 6; Mateo. 21:5 66. ¿Cómo ejecuta Cristo el oficio de profeta? R. Enseñándonos la voluntad de Dios para nuestra salvación. Juan 1:18; 20:31; I Pedro. 1:10-12 67. ¿Cómo ejecuta Cristo el oficio de Sacerdote? R. Habiendo muerto e intercediendo continuamente por nosotros. Hebreos. 9:14, 28; 2:17; 7:24-25; Romanos. 5:10; 68. ¿Cómo ejecuta Cristo el oficio de Rey? R. Al gobernarnos y defendernos. Salmo 110:2-3; Isaías. 32:1-2; 33:22; Hechos. 5:31; 14: 15-16; I Corintios. 15:25; Efesios. 1:22; I Pedro. 2:9-10; 69. ¿Por qué necesitas a Cristo como profeta? R. Porque soy ignorante. Juan 1:18; I Pedro. 1:10-12; Juan 20:31; 14:26 70. ¿Por qué necesitas a Cristo como Sacerdote? R. Porque soy culpable. Hebreos. 2:7; 7:24-25; 9:14-28; 71. ¿Por qué necesitas a Cristo como Rey? R. Porque soy débil y sin socorro. Isaías. 33:22; Hechos. 5:31 I Pedro. 2:9-10; Efesios. 4:11-12 72. ¿Cuántos mandamientos dio Dios en el monte Sinaí? R. Dio diez mandamientos Deuteronomio. 10:4 73. ¿Qué nombre se da algunas veces a los diez mandamientos? R. El Decálogo. Deuteronomio. 4:13 74. ¿Qué se nos enseña en los primeros cuatro mandamientos? R. Nuestros deberes para con Dios. Exudo. 20:1-4 75. ¿Qué nos enseñan los últimos seis mandamientos? R. Nuestros deberes para con los demás hombres. Éxodo. 20: 12-17 76. ¿Cuál es el resumen de los diez Mandamientos? R. Amar a Dios con todo mi corazón y a mi prójimo como a mi mismo. Mateo. 22:37-40 77. ¿Quién es tu prójimo? R. Todo ser humano. Levítico. 19:18; Mateo. 22:39 78. ¿Agradan a Dios aquellos que le aman y le obedecen? R. Sí, el ha dicho, Yo amo a los que me aman. Juan 14:21,23; 79. ¿Se enoja Dios contra los que no le Aman y lo desobedecen? R. Sí, Dios se enoja todos los días contra los impíos. Juan 5:28-29; II Tesalonicenses. 1:8-9; 80. ¿Cuál es el primer mandamiento? R. No tendrás dioses ajenos delante de mí. Éxodo. 20:3 81. ¿Qué nos enseñan el primer mandamiento? R. A dar culto sólo a Dios y a reconocerle como único y verdadero Dios. I Crónicas. 28:9; Deuteronomio. 29:17; Mateo. 4:10 82. ¿Cuál es el segundo mandamiento? R. El segundo mandamiento es: “no te harás para ti imagen ni semejanza alguna de lo que ahí arriba en el cielo, ni de lo que ahí abajo en la tierra, ni de las cosas que están en las aguas debajo de la tierra: no te inclinar delante de ellas ni las honrarás, porque yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso, que visitó la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y que hago misericordia a millares de los que me aman y guardan mis mandamientos”. Éxodo. 20:4-6 83. ¿Qué nos enseña y ordena el segundo mandamiento? R. A dar culto puro a Dios según la manera establecida y a huir de la idolatría. Deuteronomio. 32:46; Marcos. 7:6-8; Juan 4:24; 84. ¿Cuál es el tercer mandamiento? R. El tercer mandamiento es no tomarás en vano el nombre del Señor tu Dios; porque el Señor no dará por inocente al que tomaré su nombre en vano. Éxodo. 20: 7 85. ¿Qué nos enseña el tercer mandamiento? R. A usar con reverencia el nombre, la palabra y las obras de Dios. Salmo. 29:2; Apocalipsis. 15:3-4; 86. ¿Cuál es el cuarto mandamiento? R. El cuarto mandamiento es, acuérdate del día de descanso para santificarlo, seis días trabajaras y harás toda tu obra; mas el séptimo día será día de descanso al Señor tu Dios; no harás en el obra ninguna tu, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo ni tu sierva ni tu bestia, ni el extranjero que esta dentro de tus puertas, porque en seis días hizo el Señor el cielo y la tierra, el mar y toda lo que en ellos hay, y el séptimo día reposo; por tanto bendijo el Señor el día de descanso y lo santifico. Éxodo. 20: 8-11 87. ¿Qué nos enseña el cuarto mandamiento? R. A santificar el día de descanso. Levítico 19:30 88. ¿Cuál día de la semana es el descanso cristiano? R. El primer día de la semana el cual se llama domingo, es decir “día del Señor” I Corintios 16:1-2; Hechos 20:7; Apocalipsis 1:10 89. ¿Por qué se llama al domingo “Día del Señor”? R. Porque en este día Cristo resucito de los muertos. Lucas 24:11-6; Mateo 28:1-10 90. ¿En qué debemos ocuparnos el día domingo? R. En la oración, en dar gracias a Dios, en oír y leer su palabra y en hacer bien a nuestros . Prójimos. Levítico 23:3; Lucas 4:16; Hechos 20:7; Mateo 11:11-12 91. ¿Cuál es el quinto mandamiento? R. El quinto mandamiento es: “Honra a tu padre y a tu madre para que tus días se alarguen sobre la tierra que te da el Señor tu Dios”. Éxodo 20:12 92. ¿Qué nos enseña el quinto mandamiento? R. Amar y obedecer a nuestros Padres e instructores. Efesios 6:1-2,5; 5:21-23 93. ¿Cuál es el sexto mandamiento? R. El sexto mandamiento es: “No Matarás” Éxodo 20:13 94. ¿Qué nos enseña el sexto mandamiento? R. Que debemos vencer la pasión de la ira. Salmo 82:3-4; Levítico 19:17 95. ¿Cuál es el séptimo mandamiento? R. El séptimo mandamiento es: “No cometerás adulterio”. Éxodo 20:14 96. ¿Qué nos enseña el séptimo mandamiento? R. A ser puros en corazón, y preservar nuestra castidad en palabra y en comportamiento. I Tesalonicenses 4:3-5; I Corintios 7:2-5; II Timoteo 2:22; Efesios 5:4 97. ¿Cuál es el octavo mandamiento? R. El octavo mandamiento es: “No hurtarás”. Éxodo 20:15 98. ¿Qué nos enseña el octavo mandamiento? R. A ser honrados y trabajadores. Hechos 20:33-35; Efesios 4:28 99. ¿Cual es el noveno mandamiento? R: El noveno mandamiento es. “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. Éxodo 20:16 100. ¿Qué nos enseña el noveno mandamiento? R. A hablar con la verdad. Proverbios 14:5,25; Job 27:5; Levítico 19:16; Salmo 15:3 101. ¿Cuál es el décimo mandamiento? R. El décimo mandamiento es: “No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que sea de tu prójimo” Éxodo 20:17 102. ¿Qué nos enseña el décimo mandamiento? R. A contentarnos con lo que el Señor nos da y ser agradecidos. Hebreos 13:5; I Timoteo 6:6; 103. ¿Puede algún hombre guardar perfectamente estos mandamientos? R. No. Ningún hombre, desde la caída de Adán, ha podido, ni puede guardar perfectamente estos diez mandamientos. Eclesiastés 7:20; Génesis 6:5; 8:21; Gálatas5:17; I Juan 1:8,10 104. ¿Qué utilidad tiene pues para nosotros los diez mandamientos? R. La de frenar y enseñarnos nuestros deberes y la necesidad que tenemos de un Salvador. Romanos 3:20; 7:7; Salmo 119:9 105. ¿Qué es oración? R. La oración es el acto del justo en el cual con corazón y labios exponemos nuestras peticiones delante de Dios, lo alabamos y le damos gracias. Proverbios 15:8; I Juan 5:14; Juan 16:23; Filipenses 4:6; Salmo 19:4 106. ¿En nombre de quién debemos orar? R. Solo en nombre de Cristo. Juan 16:23; 107. ¿Qué modelo nos dio Cristo para enseñarnos a orar? R. La oración del Señor, comúnmente llamada “El Padre Nuestro”. Mateo 6:9-13; Lucas 11:2 108. ¿Repetid la oración del Señor? R. Padre nuestro que estas en los cielos; santificado sea tu nombre: venga tu reino; hágase tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra; el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy: y perdónanos nuestra deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en tentación, más líbranos del mal; porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por todos los siglos. Amén. Mateo 6:9-13 109. ¿Cuántas peticiones hay en la oración del Señor? R. Seis. Mateo 6:9-13 110. ¿Cuál es la primera petición? R. “Santificado sea tu nombre”. Mateo 6:9c 111. ¿Qué rogamos en esta primera petición? R. Que nosotros y todos los hombres honremos en nombre de Dios. Salmo 67:1-3; Romanos 11:36 112. ¿Cuál es la segunda petición? R. “Venga tu reino”. Mateo 6:10a 113. ¿Qué rogamos en la segunda petición? R. Que el evangelio sea predicado en todo el mundo y que nosotros y todos los hombres lo creamos y obedezcamos. II Tesalonicenses 3:1Romanos 10:1; Colosenses 1:9-13; Apocalipsis 22:20 114. ¿Cuál es la tercera petición? R. “Hágase Tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. Mateo 6:10b 115. ¿Qué rogamos en la tercera petición? R. Que los hombres en este mundo sirvan a Dios, así como los ángeles en el cielo. Salmo 119:34, 35-36; Salmo 103:20-21 116. ¿Cuál es la cuarta petición? R. “Nuestro pan de cada día dánoslo hoy”. Mateo 6:11 117. ¿Qué rogamos en la cuarta petición? R. Que Dios nos de todo lo que necesitamos, tanto para el cuerpo como para el alma. Proverbios 30:8-9; I Timoteo 4:4-5 118. ¿Cuál es la quinta petición? R. “Y perdónanos a nuestra deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Mateo 6:12 119. ¿qué rogamos en la quinta petición? R. Que Dios, por amor de Cristo, nos perdone nuestros pecados y nos de disposición de perdonar a aquellos que nos han ofendido. Salmo 51: 1-2, 7, 9; Daniel 9:17-19; Mateo 18:35 120. ¿Cuál es la sexta petición? R. “Y no nos dejes caer en tentación, más líbranos del mal”. Mateo 6:13a 121. ¿Qué rogamos en la sexta petición? R. Que Dios nos conserve libres de todo pecado. Mateo 26:41; Salmo 19:13; 51: 10-12 122. ¿Cuántos sacramentos hay? R. Dos. Mateo 28:19; I Corintios 11:23-26 123. ¿Cuáles son? R. El bautismo y la Cena del Señor. Mateo 28:19; I Corintios 11:23-26 124. ¿Quién instituyó estos sacramentos? R. El Señor Jesucristo. Salmo 33:4; Efesios 3:20-21 125. ¿Por qué instituyó Cristo estos sacramentos? R. Para distinguir a sus discípulos del mundo y para consolarlos y animarlos. I Corintios 3: 6-7; Gálatas 3:26-27 126. ¿Qué es lo que usamos como sello en el bautismo? R. El agua puramente. Mateo 3:16; Juan 3:23; Hechos 8:38-39 127. ¿Qué significa esto? R. Que por la sangre de Cristo somos purificados del pecado. I Juan 1:7; Hebreos 9: 14,28 128. ¿En nombre de quién hemos de ser bautizados? R. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Mateo 28: 19 129. ¿Quiénes han de ser bautizados? R. Los creyentes y sus hijos. Génesis 7:7,10; Hechos 2:38-39; 130. ¿Por qué han de ser bautizados los niños? R. Porque tienen una naturaleza depravada y necesitan ser instruidos en la fe de su Salvador. Juan 3:5; Romanos 6:3,5; Gálatas (oviamos esta pregunta pues la iglesia cristiana bíblica estandarte de la verdad, no ha definido si se permite el bautismo de infantes) este tema tiene mucha discusión por muchos siglos, y la postura del bautismo solo de creyentes adultos o en edad de razonar se encuentra bíblicamente sustentada 1. Mt. 3:1-12; Mr. 1:4-6; Lc. 3:3-6; Mt. 28:19,20; Mr. 16:15,16; Jn. 4:1,2; 1 Co. 1:13-17; Hch. 2:37-41; 8:12,13,36-38; 9:18; 10:47,48; 11:16; 15:9; 16:14,15,31-34; 18:8; 19:3-5; 22:16; Ro. 6:3,4; Gá. 3:27; Col. 2:12; 1 P. 3:21; Jer. 31:31-34; Fil. 3:3; Jn. 1:12,13; Mt. 21:43. 3:27 131. ¿Se ocupa Cristo también de los niños? R. Sí, El ha dicho: “Dejad a los niños y no les impidáis venir; porque de los tales es el reino de los cielos. Genesis17:7,10; Marcos 10:13-15; Mateo 18:6 132. ¿A que estas obligado por el bautismo? R. A ser fiel servidor de Cristo y andar en verdadera santidad. Lucas 3:10-17; I Pedro 3:21; Hebreos 10:29 133. ¿Qué es la cena del Señor? R. Comer pan y beber vino en memoria de los padecimientos de Cristo. I Corintios 11:23-26; 10:16; 134. ¿Qué se representa con el pan? R. El cuerpo de Cristo destrozado por nuestros pecados Lucas 22:19 135. ¿Qué se representa con el vino? R. La sangre de Cristo derramada para nuestra salvación Lucas 22:20 136. ¿Quiénes deben participar de la Cena del Señor? R. Solamente aquellos que se arrepienten de sus pecados, confían en Cristo para la Salvación y aman a sus semejantes. I Corintios 11:27-32; Romanos 6:17-18 137. ¿Permaneció Cristo en la tumba después de la crucifixión? R. No; él resucitó al tercer día después de su muerte. Lucas 24: 5-6; I Corintios 15:4 138. ¿En donde está Cristo ahora? R. Esta en el cielo intercediendo por los pecadores. Hechos 1:11; Salmo 110:1; Efesios 1:20; Hebreos 7:25 139. ¿Vendrá Cristo al mundo otra vez? R. Sí, el último día para juzgar al mundo. Hechos 1:11; 17:31; II Pedro 3:10; Mateo 25:31-46; Hebreos 9:28 140. ¿Qué sucede a los hombres al morir? R. El cuerpo se vuelve polvo y el alma pasa al mundo espiritual. Job 10:9; Eclesiastés 12:7; Hebreos 9:27; 141. ¿Resucitarán los cuerpos de los que han muerto? R. Sí, será tocada la trompeta final y los muertos serán levantados. Hechos 24:15; Juan 5:25-29; 142. ¿Qué sucederá a los impíos en el día del juicio? R. Serán levantados para deshonra, serán sentenciados en cuerpo y alma en el infierno, junto al Diablo y sus ángeles por toda la eternidad. Juan 5:28-29; Daniel 12:2; II Tesalonicenses1:8-9; Mateo 13:49-50; 25:41-46 143. ¿Qué es el infierno? R. Es un lugar terrible y de eterno tormento donde no esta Dios. Apocalipsis 14:10-11; II Tesalonicenses 1:8-9 144. ¿Qué sucederá a los justos? R. Serán recibidos en el cielo. II Corintios 5:1, 6, 8; Job 19: 26-27; Filipenses 3:21; I Tesalonicenses 4: 17-18 145. ¿Qué es el cielo? R. Es un lugar lleno de gloria y de bienaventuranza en donde los justos gozarán para siempre de la presencia del Señor. Mateo 25:23; Lucas 23:43; Salmo 16: 11; Juan17:24; Romanos 8:18

sábado, 4 de marzo de 2017

sábado, 21 de enero de 2017

Adoración en Familia Por A. W. Pink


Hay algunas ordenanzas externas y medios de gracia muy importantes que se insinúan  claramente en la Palabra de Dios, pero que para su ejercicio tenemos pocos, si es que algunos, preceptos sencillos y positivos; más bien se nos deja que los retomemos del ejemplo de hombres santos y de varias circunstancias incidentales. Un importante fin se contesta por esta disposición: el estado de nuestros corazones se convierte en una prueba. Puede servir para hacer evidente que, debido a que un mandamiento expreso no puede traerse a colación sin requerir su cumplimiento, los Cristianos profesantes se ganarán el descuido de una responsabilidad claramente implicada. De este modo, se descubre más del estado real de nuestras mentes, y se hace manifiesto si tenemos o no un amor ardiente por Dios y Su servicio. Esto se aplica evidentemente tanto a la adoración pública como a la adoración en familia. Sin embargo, no es del todo difícil comprobar la obligación de la piedad doméstica.

Considere primero el ejemplo de Abraham, el padre de los fieles y el amigo de Dios. Fue por su piedad doméstica que recibió una bendición de parte del mismo Jehová, “Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio” (Gén. 18:19). El patriarca es aquí elogiado por instruir a sus hijos y a sus siervos en la más importante de todas las obligaciones, “el camino del Señor”, la verdad acerca de Su gloriosa persona. Sus elevadas afirmaciones respecto a nosotros, Sus requerimientos para nosotros. Note bien las palabras “él mandará [a ellos]”; es decir, él usará la autoridad que Dios le había dado como padre y cabeza de su casa, para hacer valer las responsabilidades de la piedad familiar. Abraham también oraba con su familia, lo mismo que la instruía: dondequiera que armara su tienda allí “edificaba un altar a Jehová” (Gén. 12:7; 13:4). Ahora, mis lectores, bien podemos preguntarnos, ¿Somos nosotros “la simiente de Abraham” (Gál. 3:29) si no “hacemos las obras de Abraham”(Juan 8:39) y descuidamos la importante responsabilidad de la adoración en familia?

Los ejemplos de otros santos hombres son similares al de Abraham. Considere la piadosa determinación de Josué quién le declaró a Israel, “pero yo y mi casa serviremos a Jehová” (24:15). No permitía que ni los elevados puestos que ocupaba, ni las apremiantes responsabilidades públicas que se acumulaban sobre él, atrajeran su atención hasta el punto de descuidar el bienestar espiritual de su familia. Una vez más, cuando David trajo de regreso el arca de Dios a Jerusalén con gozo y acción de gracias, luego de liberarse de sus responsabilidades públicas, “volvió luego... para bendecir su casa” (2 Sam. 6:20). Además de estos eminentes ejemplos podemos citar los casos de Job (1:5) y Daniel (6:10).

Limitándonos a solo un ejemplo en el Nuevo Testamento pensamos en la historia de Timoteo, quien fue criado en un hogar piadoso. Pablo recordó la “fe no fingida” que había en él, y añadió, “la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice.” ¿Hay algún asombro entonces que el apóstol pudiera decir “desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras” (2 Tim. 3:15)!

Por otro lado, podemos observar cuán aterradoras amenazas son pronunciadas contra aquellos que hacen caso omiso de esta responsabilidad. Nos preguntamos cuántos de nuestros lectores han considerado seriamente aquellas impresionantes palabras “Derrama tu enojo sobre los pueblos que no te conocen, y sobre las familias que no invocan tu nombre” (Jer. 10:25 – VKJ)! Cuán insoportablemente solemne descubrir que las familias sin oración son aquí asociadas con los paganos que no conocen al Señor. No obstante, ¿necesita eso sorprendernos? ¡Vaya! Hay muchas familias paganas que se reúnen para adorar a sus falsos dioses. ¿Y no avergüenzan a miles de Cristianos profesantes? Observe también que Jeremías 10:25 registró una terrible imprecación para ambas clases por igual: “Derrama tu enojo sobre...” Cuán alto debiesen hablarnos estas palabras.

No es suficiente que oremos como individuos, en privado, en nuestras habitaciones; se nos requiere que honremos a Dios también en nuestras familias. Al menos dos veces cada día – por la mañana y por la tarde – toda la familia debiese reunirse para inclinarse ante el Señor, padres e hijos, patrones y siervos, para confesar sus pecados, para dar gracias por las misericordias de Dios, para buscar Su ayuda y bendición. No se debe permitir que nada interfiera con esta obligación: todas las otras disposiciones domésticas han de dirigirse hacia ella. La cabeza de la familia es quien debe dirigir las devociones, pero si está ausente, o seriamente enfermo, o es un incrédulo, entonces la esposa debiese tomar su lugar. Bajo ninguna circunstancia debiese omitirse la adoración en familia. Si vamos a disfrutar de la bendición de Dios sobre nuestra familia, entonces que sus miembros se reúnan diariamente para la alabanza y la oración. “Yo honraré a los que me honran” es Su promesa.

Un antiguo escritor bien dijo, “Una familia sin oración es como una casa sin techo, abierta y expuesta a todas las tormentas del Cielo.” Todas nuestras comodidades domésticas y bendiciones temporales brotan de la generosidad amorosa del Señor, y lo mejor que podemos hacer a cambio es reconocer con gratitud, juntos, Su bondad hacia nosotros como familia. Las excusas por el incumplimiento de esta sagrada obligación son vanas y sin valor. ¿De qué provecho será cuando rindamos una explicación a Dios por la mayordomía de nuestras familias decir que no tuvimos tiempo disponible, trabajando duro desde la mañana hasta la tarde? Mientras más apremiantes sean nuestras obligaciones temporales, más grande nuestra necesidad de buscar socorro espiritual. Ni puede Cristiano alguno alegar que no está calificado para tal labor: los dones y los talentos se desarrollan por el uso y no por la negligencia.

La adoración en familia debiese ser conducida de manera reverente, de corazón y con simpleza. Entonces los pequeños van a recibir sus primeras impresiones y a formar sus concepciones iniciales del Señor Dios. Se debe tener gran cuidado, no vaya a ser que se les dé una falsa idea del Carácter Divino, y para esto, se debe preservar el balance entre el habitar en Su trascendencia y su inmanencia, Su santidad y Su misericordia, Su poder y Su ternura, Su justicia y Su gracia. La adoración debe comenzar con unas pocas palabras de oración invocando la presencia y la bendición de Dios. Debiese seguir un corto pasaje de Su Palabra, y luego unos breves comentarios. Se pueden cantar dos o tres versos de un Salmo. Concluya con una oración de compromiso en las manos de Dios. Aunque puede que no seamos capaces de orar elocuentemente, debemos hacerlo de todo corazón. Las oraciones que prevalecen son generalmente breves. Tenga cuidado de no cansar a los más jóvenes.

Las ventajas y bendiciones de la adoración en familia son incalculables.  Primero, la adoración en familia prevendrá mucho pecado. Sobrecoge el alma, comunica un sentido de la majestad y la autoridad de Dios, coloca verdades solemnes en la mente, hace que desciendan beneficios de Dios sobre el hogar. La piedad personal en el hogar es un medio de influencia poderoso, bajo Dios, para comunicarles piedad a los pequeños. Los niños son mayormente criaturas de imitación, que aman copiar lo que ven en otros. “Él estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel, la cual mandó a nuestros padres que la notificasen a sus hijos; para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos, a fin de que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las obras de Dios; que guarden sus mandamientos” (Sal. 78:5-7).

¿Cuánto de las espantosas condiciones morales y espirituales de las masas de hoy pueden trazarse hasta el descuido de esta responsabilidad por parte de sus padres? ¿Cómo puedenaquellos que descuidan la adoración de Dios en sus familias buscar en ellas la paz y el consuelo? La oración diaria en el hogar es un medio de gracia bendecido para disipar aquellas pasiones desdichadas a las que nuestra naturaleza común se halla sujeta. 

Finalmente, la oración en familia obtiene para nosotros la presencia y la bendición del Señor. Hay una promesa de Su presencia, la cual es peculiarmente aplicable a esta responsabilidad: vea Mat. 18:19, 20. Muchos han encontrado en la adoración en familia esa ayuda y comunión con Dios, la cual buscaban con menos resultado en la oración privada.

sábado, 17 de diciembre de 2016

Corazones Cautivos, Iglesia Cautiva Por R.C Sproul



Durante la Reformación Protestante, Martín Lutero escribió un pequeño libro que fue muy controversial, el cual, era una crítica masiva del sistema sacramental Católico Romano, titulado El Cautiverio Babilónico de la Iglesia. Lutero asemejó el régimen opresivo de Roma del siglo 16 con la ruina de Israel mientras estuvo cautivo por los ríos de Babilonia.

Algunas veces me he preguntado que pensaría Lutero de nuestra época y del estado actual de la iglesia. Sospecho que si él escribiera para nuestro tiempo, su libro se titularía El Cautiverio Pelagiano de la Iglesia. Creo que este sería el caso porque Lutero consideraba que el libro más importante que alguna vez escribió fue su obra magna clásica, La Esclavitud de la voluntad (De Servo Arbitrio).
Este trabajo enfocaba el asunto de la esclavitud de la voluntad del hombre como resultado del pecado original y fue una respuesta al ataque verbal y violento de Desiderio Erasmo, de Rotterdam. Al traducir la introducción de este trabajo, el traductor dice que Lutero "vio a Erasmo como un enemigo de Dios y la religión Cristiana, un Epicureano y una serpiente, y que él no tuvo miedo de decirlo. "Creo que Lutero veía una gran amenaza para la iglesia actual en términos del Pelagianismo porque este llegó a ser conocido después de la Reformación.

Los historiadores han dicho que aun, cuando Lutero ganó la batalla con Erasmo en el siglo 16, la perdió en el siglo 17 y fue demolido en el 18 por la conquista lograda por el Pelagianismo de la iluminación. El veía a la iglesia actual asida del Pelagianismo y a este adversario de la fe estrangulándonos.

El Pelagianismo en su forma pura fue primero enunciado por el hombre de quien viene su nombre, un monje británico del siglo cuarto. Pelagio se entregó a un feroz debate con San Agustín, debate provocado por la reacción de Pelagio ante la oración de Agustín: "Ordenas lo que deseas, y concedes lo que tu mandas." Pelagio insistía que la obligación moral necesariamente implica la capacidad moral. Si Dios requiere que los hombres vivan vidas perfectas, entonces los hombres deben tener la capacidad de vivir vidas perfectas. Esto llevó a Pelagio a negar el pecado original, a insistir que la caída de Adán afectó solo a Adán y a afirmar que no hay tal cosa como una naturaleza caída heredada que aflige a la humanidad. Además, sostuvo que la gracia no es necesaria para la salvación; que el hombre es capaz de salvarse por sus obras, aparte de la asistencia de la gracia. Según Pelagio, la gracia puede facilitar la obediencia, pero no es una condición necesaria para ella.

Agustín triunfó en su lucha con Pelagio, cuyas opiniones fueron consecuentemente condenadas por la iglesia. Al condenar el Pelagianismo como una herejía, la iglesia afirmó fuertemente la doctrina del pecado original. Según Agustín, esto vinculaba la noción de que, aunque el hombre caído todavía tiene libre albedrío en el sentido de que retiene la facultad de escoger, la voluntad está caída y esclavizada por el pecado a tal grado que el hombre no tiene libertad moral. El hombre no puede no pecar.

Después de que esta lucha pasó, las perspectivas modificadas del Pelagianismo retornaron para rondar la iglesia. A estos conceptos se los llamó el semi-Pelagianismo.

El Semi-Pelagianismo admitía una caída real y una transferencia real del pecado original a la prole de Adán. El hombre está caído y requiere la gracia a fin de ser salvo. Sin embargo, afirma que nosotros no estamos tan caídos como para estar totalmente esclavizados al pecado o totalmente depravados en nuestra naturaleza. Algo de justicia permanece en el hombre caído, por lo cual la persona caída aún tiene el poder moral para inclinarse a sí mismo, sin la gracia operativa, a las cosas de Dios.
Aunque la iglesia antigua condenó el semi-Pelagianismo tan fuertemente como había condenado el Pelagianismo, este nunca desapareció. En el siglo 16, los reformadores magisteriales estuvieron convencidos de que Roma había degenerado del puro Agustinianismo y caído en el semi-Pelagianismo.

No fue un detalle histórico insignificante el que Lutero haya sido un monje de la orden Agustiniana. Lutero vió su debate con Erasmo y Roma como una reanudación de la titánica pelea que Agustín tuvo con Pelagio.

En el siglo 18, el pensamiento de la Reformación fue desafiado por el surgimiento del Arminianismo, una nueva forma de semi-Pelagianismo, que capturó el pensamiento de hombres prominentes tales como John Wesley. La división doctrinal entre Wesley y George Whitefield se enfocó en este punto. Whitefield tomó parte en la defensa del clásico Agustinianismo de Jonathan Edward durante el "Gran Despertar" americano. El siglo 19 fue testigo del reavivamiento de un Pelagianismo puro en la enseñanza y en la prédica de Finney. Finney no escondió de ninguna manera su Pelagianismo crudo.
El rechazó la doctrina del pecado original (junto con la posición ortodoxa del sacrificio de Cristo y la doctrina de la justificación solo por fe). Pero la metodología evangelística de Finney fue tan exitosa que llegó a ser un modelo reverenciado por los evangelistas posteriores y él es usualmente considerado como un titán del Evangelicalismo, esto a pesar de su gran rechazo de la doctrina evangélica.

Aunque el Evangelicalismo americano no abrazó el pelagianismo prístino de Finney (esto fue dejado para que lo hagan los Liberales), fue profundamente infectado por formas de semi Pelagianismo a tal punto que hoy el semi-Pelagianismo constituye la gran mayoría dentro del Evangelicalismo.
Aunque la mayoría de los evangélicos no titubean en afirmar que el hombre está caído, pocos siguen la doctrina de la total depravación.

Hace 30 años estaba enseñando teología en una universidad evangélica, muy influenciada por el semi-Pelagianismo. Estaba trabajando en los cinco puntos del Calvinismo usando el acróstico del tulipán, con una clase de aproximadamente 30 estudiantes. Después de dar un larga exposición de la doctrina de la total depravación, pregunté a la clase cuantos de ellos estaban convencidos de la doctrina. Todos los 30 estudiantes levantaron sus manos en señal afirmativa. Me reí y dije: "Veremos." Escribí el número 30 en la esquina superior izquierda de la pizarra. Cuando pasamos a la doctrina de la elección incondicional varios de los estudiantes se retractaron.

Los conté y entonces fui a la pizarra y resté ese número de los 30 originales. Cuando llegamos al Sacrificio Limitado el número se redujo de 30 a 3.

Entonces, traté que los estudiantes vean que si ellos realmente abrazaban la doctrina de la depravación total, las otras doctrinas de los Cinco Puntos no eran sino notas al pie de la página. En seguida, los estudiantes descubrieron que realmente ellos no creían en la depravación total después de todo. Ellos creían en una depravación, pero no total. Ellos aún deseaban retener algo de justicia no afectada por la caída, con la cual los pecadores caídos todavía retenían la capacidad moral para inclinarse a sí mismos hacia Dios.

Ellos creyeron que, a fin de ser regenerados, debían primero ejercitar la fe por el esfuerzo de sus voluntades. No creyeron que el trabajo divino y sobrenatural de la regeneración por el Espíritu Santo era una pre condición necesaria para la fe.

Erasmo había ganado. De nuevo, los autores del ensayo introductorio de La Esclavitud de la Voluntad afirman: Quienquiera que deja este libro sin darse cuenta que la teología evangélica se levanta o cae con la doctrina de la esclavitud de la voluntad, ha leído en vano. La doctrina de la libre justificación por fe solamente, la cual se convirtió en la tormenta-centro de tanta controversia durante el período de la Reformación-, es a menudo considerada como el corazón de la teología de los Reformadores, pero esto es a duras penas certero. La verdad es que sus pensamientos estaban realmente centrados en la contienda......que la completa salvación del pecador es por la gracia soberana y gratuita solamente....

¿Depende nuestra salvación totalmente de Dios, o por último depende de algo que nosotros hacemos por nosotros mismos? Los que dicen lo segundo (como los Arminianos hicieron después) niegan la impotencia total del hombre en pecado y afirman qÄorma de semi Pelagianismo es verdad después de todo. No hay que sorprenderse, entonces, que más tarde, la teología reformada condenó el Arminianismo por ser en principio un regreso a Roma....y una traición a la Reforma....El Arminianismo fue, en verdad, a los ojos reformados, una renunciación a la cristiandad del Nuevo Testamento en favor del Judaísmo del Nuevo Testamento; porque fiarse de la fe propia, en principio, no es diferente de confiar en las obras de uno mismo, de tal modo que el uno, es tan no cristiano y anti cristiano como el otro.

Estas son palabras fuertes. Verdaderamente para algunos estas son palabras de guerra. Pero de una cosa estoy seguro: Ellos se miran al espejo y reflejan exactamente los sentimientos de Agustín y los Reformadores. El tema de la extensión del pecado original está unido inseparablemente a nuestro entendimiento de la doctrina de una sola fe. Los Reformadores comprendieron claramente que hay un lazo necesario entre una sola fe y una sola gracia. La justificación por fe sola significa justificación por gracia sola.

El Semi-Pelagianismo en su forma Erasmia rompe este lazo y borra la palabra sola de sola gracia.

R.C. Sproul es moderador del equipo del Ministerio Ligonier y autor de ¡Ahora, Esa es una buena pregunta!-- una colección de más de 300 respuestas a las preguntas actuales de los estudiantes de teología, apologética, y ética.