ILUSTRACIONES CRSTIANAS

EL BOLETO PERDIDO

El juez de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos, el honorable Oliver Wendell Homes, estuvo viajando en un tren cuando el conductor pasó recogiendo los boletos. Holms no pudo encontrar su boleto y empezó a sentirse bastante desconcertado. El conductor trató de consolarle diciendo, “No se preocupe Señor Holms. Cuando encuentre su boleto, nos lo puede enviar por correo. Confiamos en usted”. El juez continuó con su misma frustración respondiendo, “Mi querido hombre, ese no es mi problema. Necesito mi boleto para saber a dónde voy”. Como el señor Holms, todos necesitamos saber hasta dónde queremos llegar. - McHenry´s Quips, Quotes & Other Notes por Ramond McHenry


LA BECERRA DEL SEÑOR

Martyn Lloyd-Jones relató una historia acerca de un granjero que entró en su casa un día para informar a su esposa y familia de unas buenas noticias. "La vaca acaba de dar a luz a dos becerras - una blanca y la otra roja." Continuó diciendo, "Debemos de dedicar por lo menos una de estas becerras al Señor. Criaremos a las dos juntas y cuando viene el momento oportuno, venderemos la una y nos quedaremos con la ganancia y venderemos la otra y entregaremos la ganancia de esta a la obra del Señor.
Al escuchar esto su esposa le pregunta, "¿Y cuál de las dos dedicaremos al Señor?" El esposo le contestó diciendo, "No hay que preocuparnos con ese detalle ahora. Trataremos a las dos de la misma manera, y cuando llegue el tiempo de hacerlo, decidiré yo cuál de las dos es la de Dios.
Unos días después de esta plática, entró el granjero en la cocina con una cara bien triste. "¿Qué pasó?", preguntó su esposa. "Tengo malas noticias", dijo el granjero. "Murió la becerra del Señor". "Pero espera", dice su esposa. "Tu nunca decidiste cual de las dos becerras era la del Señor". "Si lo hice", dijo el granjero. "Decidí que la becerra de Dios era la blanca, y la blanca murió. ¡La becerra del Señor está muerta!". Martyn Lloyd-Jones



APELLIDO BIEN CONOCIDO


Hace muchos años que un joven de 16 años fue forzado abandonar su casa porque su padre era tan pobre que no lo podía mantener. Así que puso todo lo que le pertenecía en una bolsa y empezó su viaje hacia Nueva York con el sueño de empezar algún día una empresa de jabón.



Cuando este joven del campo llegó a la gran ciudad, encontró que era bien difícil encontrar trabajo. Recordando las últimas palabras de su madre, igual como el buen consejo del capitán del barco, este joven dedicó su vida a Dios. Determinó entregar a su Creador un diezmo de cada dólar que ganara.



Así que, cuando entró su primer dólar, el joven dedicó sus primeros diez centavos al Señor. Esto continuó fielmente haciendo. Y los dólares empezaron a entrar. En poco tiempo, este productor de jabón se hizo socio con otro productor de jabón. Cuando murió este socio unos pocos años después, se encontró como el dueño de la compañía.



Fue cuando este próspero hombre de negocios giró unas instrucciones a su contador de abrir una cuenta a nombre Jesús y acreditarle una décima parte de todos sus ingresos. Y su negocio empezó a crecer milagrosamente.



Entonces el hombre empezó a dedicar dos décimas de sus ingresos. Luego tres décimas partes. Luego cuatro décimas, cinco décimas. Parecía que sus ventas incrementaban proporcionalmente exactamente conforme al porcentaje de sus ingresos que estaba regresando al Señor. En poco tiempo, Dios hizo que su apellido fuera un nombre bien conocido en cada casa de su país.



¿Su nombre? William Colgate.Ashley G. Emmer, Signs of the Times, August 2, 1938


SOBRE LA ROCA


Después de un naufragio en una terrible tempestad, un marino pudo llegar a una pequeña roca y escalarla, y allí permaneció durante muchas horas.
Cuando  al fin pudo ser rescatado, un amigo suyo le preguntó:
--¿No temblabas de espanto por estar tantas horas en tan precaria situación, amigo mío?.
--Sí –contestó el náufrago--,  la verdad es que temblaba mucho; pero... ¡la roca no...! Y esto fue lo que me salvó.



¿QUÉ ES MI DIEZMO?


Es más que una cantidad, o que dinero en efectivo, o que un billete o un cheque…
Es Mi inversión a favor de una sociedad mejor.
Es Mi ayuda a la juventud cristiana.
Es Mi expresión de fe en el futuro.
Es Mi demostración de buena voluntad.
Es Mi contribución para la educación cristiana.
Es Mi cooperación para sanar y educar a otros por medio de la obra misionera.
Es Mi voto para que tengamos un mundo cristiano.
Es MI DIEZMO una cosa santa, dedicada a Dios para servir a las personas. Por lo tanto procuraré siempre el privilegio y la oportunidad de dar mi diezmo.
Es Mi colaboración para rescatar almas perdidas y traerlas a Cristo Jesús nuestro Salvador.

¿PUEDO SER CRISTIANO .... sin unirme a una iglesia?         

SI, es posible. Pero es como ser ...

... un estudiante que no asiste a la escuela. 
... un soldado que no se une al ejército.
... un ciudadano que no paga impuestos ni vota.
... un vendedor que no tiene clientes.
... un explorador sin un campamento de base.
... un marinero en un barco sin tripulación.
... un comerciante en una isla desierta.
... un escritor sin lectores.
... un padre sin familia.
... un jugador sin equipo.
... una abeja sin colmena. 

¿Quieres ser un cristiano así?



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